viernes, 22 de febrero de 2013

10. El Coronel si tiene quien le escriba. Segunda carta.

 
Coronel Juez
Tribunal Militar Territorial 1º de Madrid
Paseo de Reina Cristina, 3
28014 Madrid.
 
 
Madrid, 14 de febrero de 2013
 

 
Señoría,
 
Con fecha de ayer 13 de febrero de 2013, recibí respuesta a mi escrito de 24 de enero, en el que le solicitaba poder acceder los documentos de la Causa nº 1654 que se le siguió a mi abuelo Arturo Torres Barranco.
 
Como comprenderá la misma no me satisface. Se me pide esperar a que el expediente sea “debidamente consolidado y restaurado”. ¿De cuánto tiempo estamos hablando Señoría? Pueden pasar años y entonces los documentos se habrán perdido por completo.
 
Sé que mi caso no es excepcional y que es cierto que el estado de descomposición celulósica en que encuentran miles de legajos es verdaderamente alarmante, pero también sé que no se va a proceder a ningún proceso de restauración porque su coste sería astronómico al tratarse de varios millones de documentos, y ni en período de vacas gordas se afrontaría semejante gasto, a pesar de que el artículo 1, punto 2 de la  Ley 52/2007 de 26 de Diciembre, de la Memoria Histórica establezca que : se pretende el fomento de los valores y principios democráticos, facilitando el conocimiento de los hechos y circunstancias acaecidos durante la Guerra civil y la Dictadura, y asegurando la preservación de los documentos relacionados con ese periodo histórico y depositados en archivos públicos”.
 
Me pregunto y me atrevo a preguntarle ¿qué se pierde con intentar fotografiar los documentos, aún a riesgo de que algunos se deterioren un poco más, si de todas formas no se detiene el proceso degenerativo del papel y en cualquier caso, no se van a restaurar nunca?
 
Me consta que a historiadores y otros investigadores conocidos y/o anónimos, pero que acceden con frecuencia al Archivo Histórico de Defensa, para consultar los sumarios, no se les niega la entrega de documentación por encontrarse deteriorada, y no entiendo porque se me niega a mí que soy parte interesada al tratarse del expediente de mi abuelo.
 
Señoría, como ya le dije en mi anterior escrito, es muy importante para mi familia y para mí conocer la historia de mi abuelo. Mi padre nunca pudo investigarla ya que antes los archivos no eran de acceso público y posteriormente no fue posible por diversas limitaciones. Es muy mayor, con casi ochenta años creo que ya está en el derecho de saber que ocurrió con mi abuelo.
 
Mi generación es la última que está en disposición de recomponer la historia, sin rencor, y poder cerrar las heridas pasadas. Tenemos derecho a saber, que es el derecho a la verdad,  y no se trata  solo del derecho individual de toda víctima o sus familiares. El derecho a saber es también un derecho colectivo.
 
Nuevamente apelo a su benevolencia y sentimientos humanitarios para que me permita acceder a la causa de mi abuelo, en las condiciones que su Señoría crea convenientes, bien a través de una consulta personalizada con la presencia de un funcionario o técnico en archivos que podría manejar los documentos mientras se me permite fotografiarlos, bien facilitándome una copia digital del expediente y si ninguna de estas dos opciones fuera posible, me conformaría con revisarlo y tomar las notas necesarias.
 
Le agradezco su tiempo en leer este escrito y quedo pendiente de sus noticias esperando se resuelva mi petición de una forma favorable.
 
Atentamente,
María Torres
Nieta de un republicano español.
 
 

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