Coronel Juez
Tribunal Militar Territorial 1º de Madrid
Paseo de Reina Cristina, 3
28014 Madrid.
Madrid, 14 de febrero de 2013
Señoría,
Con fecha de ayer 13 de febrero de 2013, recibí respuesta a mi
escrito de 24 de enero, en el que le solicitaba poder acceder los documentos de
la Causa nº 1654 que se le siguió a mi abuelo Arturo Torres Barranco.
Como comprenderá la misma no me satisface. Se me pide esperar a
que el expediente sea “debidamente consolidado y restaurado”. ¿De cuánto tiempo
estamos hablando Señoría? Pueden pasar
años y entonces los documentos se habrán perdido por completo.
Sé que mi caso no es excepcional y que es
cierto que el estado de descomposición celulósica en que encuentran miles de
legajos es verdaderamente alarmante, pero también sé que no se va a proceder a
ningún proceso de restauración porque su coste sería astronómico al tratarse de
varios millones de documentos, y ni en período de vacas gordas se afrontaría
semejante gasto, a pesar de que el artículo 1, punto 2 de la Ley 52/2007 de 26 de Diciembre, de la Memoria
Histórica establezca que : “se
pretende el fomento de los valores y principios democráticos, facilitando el
conocimiento de los hechos y circunstancias acaecidos durante la Guerra civil y
la Dictadura, y asegurando la preservación de los documentos relacionados con
ese periodo histórico y depositados en archivos públicos”.
Me pregunto y me atrevo a preguntarle ¿qué se pierde con intentar
fotografiar los documentos, aún a riesgo de que algunos se deterioren un poco
más, si de todas formas no se detiene el proceso degenerativo del papel y en
cualquier caso, no se van a restaurar nunca?
Me consta que a historiadores y otros investigadores conocidos y/o
anónimos, pero que acceden con frecuencia al Archivo Histórico de Defensa, para
consultar los sumarios, no se les niega la entrega de documentación por
encontrarse deteriorada, y no entiendo porque se me niega a mí que soy parte
interesada al tratarse del expediente de mi abuelo.
Señoría, como ya le dije en mi anterior escrito, es muy importante para
mi familia y para mí conocer la historia de mi abuelo. Mi padre nunca pudo
investigarla ya que antes los archivos no eran de acceso público y
posteriormente no fue posible por diversas limitaciones. Es muy mayor, con casi
ochenta años creo que ya está en el derecho de saber que ocurrió con mi abuelo.
Mi generación es la última que está en disposición de recomponer la
historia, sin rencor, y poder cerrar las heridas pasadas. Tenemos derecho a saber,
que es el derecho a la verdad, y no se
trata solo del derecho individual de
toda víctima o sus familiares. El derecho a saber es también un derecho
colectivo.
Nuevamente apelo a su benevolencia y sentimientos humanitarios para que
me permita acceder a la causa de mi abuelo, en las condiciones que su Señoría
crea convenientes, bien a través de una consulta personalizada con la presencia
de un funcionario o técnico en archivos que podría manejar los documentos
mientras se me permite fotografiarlos, bien facilitándome una copia digital del
expediente y si ninguna de estas dos opciones fuera posible, me conformaría con
revisarlo y tomar las notas necesarias.
Le agradezco su tiempo en leer este escrito y quedo pendiente de
sus noticias esperando se resuelva mi petición de una forma favorable.
Atentamente,
María Torres
Nieta de un republicano español.
Nieta de un republicano español.
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