domingo, 5 de mayo de 2013

30. Ángel Espada Zamarra, in memoriam.






Hoy es el aniversario de la liberación del campo de exterminio de Mauthausen-Gusen,

Una gran parte de los exiliados republicanos españoles fueron los primeros prisioneros de raza no germánica que ingresaron en Mauthausen -el único campo nazi de la categoría III- y el primer grupo de deportados constituido sobre una base política común: la de la lucha antifascista.


Eran los “Rotspanier” (Rojos españoles), los “triángulos azules”, y para diferenciarlos del resto les colocaron este símbolo con una “S” sobre su harapienta ropa. Eran civiles, refugiados en estado puro. Eran los apátridas, aquellos a los que el régimen del pequeño dictador abandonó a su suerte. Nunca les reconoció como españoles ni aceptó su repatriación. Los documentos encontrados prueban que las autoridades nazis preguntaron a sus homólogos españoles qué debían de hacer con los "dos mil rojos españoles de Angulema". El Gobierno de Franco nunca se molestó en ocuparse de este asunto y ni siquiera contestó, dejándoles expuestos a la maquinaria de exterminio nazi. Entre ellos, muchos menores de edad.


La larga dictadura española les desterró al olvido y lo que es casi peor, en el campo de concentración de Mauthausen brilla por su ausencia placa alguna del gobierno democrático español en recuerdo de la tragedia de aquellos españoles que lucharon por la libertad en España y junto al bando aliado durante la II Guerra Mundial.


Uno de aquellos republicanos españoles era Ángel Espada Zamarra, natural de Torrubia del Campo, el pueblo del abuelo. Por los datos con los que cuento, era uno de los miembros del partido Izquierda Republicana que fundó el abuelo en abril de 1936.


Nació el 27 de enero de 1910  y desde el Stalag o prisión V-D. de Estrasburgo fue deportado a Mauthausen el 13 de diciembre de 1940. Fue el prisionero 4762.


Cuando inicié la investigación sobre el abuelo me encontré con un documento de fecha 21 de junio de 1950 en el que se le comunica a Manuela Barranco, residente en Socuéllamos, Ciudad Real, el fallecimiento de Angel Espada en el campo de Gusen el 10 de enero de 1942.


Desconozco si Manuela Barranco, que comparte apellido con el abuelo, es pariente o no, pero lo estoy investigando.


Me imagino que Angel Espada cruzó la frontera francesa, como tantos otros, después de la derrota republicana. No se si era soldado, si llegó con sus armas, si estas se oxidaron por la nieve que cubría los pasos de montañas. Solo se que era un vencido que fue hacinado en improvisados campos donde muchos murieron de hambre y frío.


Es posible que se enrolara en equipos de trabajo o batallones irregulares de extranjeros voluntarios que con la llegada del ejército alemán fueron llevados a campos de prisioneros donde la Gestapo los reagrupó y envió a Mauthausen-Gusen.


Lo que si sé con certeza es que formó parte de los ocho mil españoles que fueron encerrados en Mauthausen-Gusen. Tan solo 817 sobrevivieron.


En memoria de Ángel Espada Zamarra.



María Torres
Nieta de un republicano español.